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Banco de Fomento de Exportaciones

Eddy Betanco B.*

En comentarios anteriores nos referimos a que es urgente que en Nicaragua inicie operaciones un Banco de Fomento privado con funciones de incrementar y diversificar la producción de productos claves al desarrollo económico del país, por ejemplo el amplio espectro de productos no tradicionales para fines de exportación. La banca de Fomento estatal ha reducido sustancialmente su presencia, lo cual atribuyen a deficiencias administrativas y/o uso inapropiado de los fondos asignados, ocasionándose cuantiosos costos financieros y sociales de serio impacto a la economía y población de Nicaragua.

Los objetivos prioritarios de colocar a la economía de Nicaragua a nivel de competitividad internacional y de reducir la pobreza, no pueden esperar una prolongada toma de decisión para que entre en operación de nuevo un Banco de Fomento estatal. Por tanto corresponde a los productores de bienes y servicios, es decir, al sector privado, asumir la conceptualización, creación y operación de un Banco de Fomento, no como un banco más, sino como una instancia financiera renovada con respuesta a los desafíos de competitividad y pobreza, otorgando créditos mediante términos financieros que provoquen efectivos aumentos de producción con mayor nivel de productividad y productos que sean consistentes con los estándares internacionales de calidad.

Un nuevo Banco de Fomento no tendría sentido, si, con los créditos que se otorguen se continúan obteniendo en el sector agrícola los históricos bajos rendimientos por manzana en la producción de granos básicos, frutas, verduras, etc., o si en la agroindustria se fabrica salsa de tomate o quesos no procesados conforme a los estándares internacionales de calidad e higiene. Para que el Banco de Fomento responda a estas expectativas de desarrollo de exportaciones tiene que operar con visión de competitividad internacional. En sus procedimientos de atención al cliente, no debe ser bajo la premisa de que los clientes lleguen ocasionalmente al banco en busca de información, sino más bien, el banco deberá desplegar una amplia campaña de difusión a nivel nacional e internacional entre inversionistas potenciales sobre la accesibilidad y flexibilidad que el banco brinda a proyectos en ejecución o nuevos que contemplen modernas tecnologías de producción, información que se podría complementar con perfiles de proyectos pertenecientes a diferentes ramas de producción como opciones de inversión para que sean analizadas y profundizadas posteriormente por los inversionistas.

Actualmente operan en Nicaragua diversos organismos públicos y privados que promueven exportaciones y/o inversiones, sin embargo, los resultados prácticos son muy limitados, así también operan otros organismos de investigación tecnológica sin un nivel de coordinación aceptable con los organismos que promueven exportaciones y estos dos grupos con las fuentes de financiamiento, originándose desperdicio de recursos y de aprovechamiento de las oportunidades de aumentar y diversificar la oferta exportable. El Banco de Fomento de exportaciones podría llenar este vacío integrando y coordinando los esfuerzos institucionales dispersos con funciones parciales de promoción, así también se incorporarían al banco otras actividades complementarias que corresponden a organismos promotores de exportaciones. Desde luego, no se sugiere crear un monstruo bancario, sino una entidad que aglutine con mayor eficacia distintos organismos con escasa coherencia para lograr los objetivos, adecuándose a la disponibilidad de recursos para ir desarrollando progresivamente el plan maestro exportador de no tradicionales.

La presencia de un Banco de Fomento privado promotor de exportaciones no significa que el Gobierno permanecerá al margen de las actividades del banco. El rol de complementariedad del Gobierno es fundamental en materia de políticas económicas que estimulen el aumento y diversificación de exportaciones, así como las investigaciones tecnológicas que realicen el INTA, UNA, Mag-For, cuyos resultados queden a disposición de los proyectos. El Laboratorio de Alimentos (Labal) perteneciente al Mific, es un centro de investigación poco conocido por el sector agroindustrial y por empresarios con nuevos proyectos. Recientemente fue creado el Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (Conicyt), que consideramos un centro que sin duda contribuirá a la modernización del equipo y metodologías de investigación de los centros existentes, así como a identificar las tecnologías que se requieren para imprimirle competitividad a las exportaciones. Otras áreas de apoyo del Gobierno consistirían en construcción de infraestructura; información comercial de las embajadas de Nicaragua en el exterior; apoyo en la gestión de recursos externos canalizables directamente al banco sin intermediación de la banca estatal de segundo piso. En general son muy diversas las formas que el Gobierno podría estimular a un Banco de Fomento privado para facilitar tanto su creación como el desarrollo de sus programas.

La baja de precios de los principales productos de exportación, el rezago tecnológico, el bajo nivel de competitividad y de oferta exportable, son algunos de los desafíos que no pueden postergarse por tiempo indefinido. Al Banco de Fomento como instancia canalizadora de recursos financieros se le facilitaría promover exportaciones con mayor fluidez que a las entidades dispersas que operan con limitados recursos y coordinación. Aportes de los miembros del sector empresarial, del Gobierno y de organismos de cooperación internacional para la creación y operación del banco, agilizarían el desarrollo de exportaciones de productos no tradicionales.

* Economista.  

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