La pantalla se calienta
- Brasil y Argentina se preparan para entrar en la era de la TV digital. Claro que aún hay más ruido que decisiones claras sobre el patrón a adoptar
Max Alberto [email protected]
SAO PAULO, BRASIL.- Un radiante Diego Maradona recibió a Pelé en su programa de TV. Después de una charla amigable, llena de reverencias, los cracks se levantaron y comenzaron a pasarse la pelota. Fue un gran juego de cabecitas. El momento se eternizó en la TV de Argentina y Brasil como una de las grandes imágenes del 2005. Otra gran jugada argentino-brasileña en la TV podría estar a punto de surgir y, de lograrlo, eternizarse como la imagen de los dos mejores jugadores de futbol de la historia: los gobiernos de ambos países aceptaron adoptar el mismo patrón de TV digital (DTV, por sus siglas en inglés) que será implementado por las emisoras y los aparatos de los hogares. La adaptación moverá miles de millones de dólares en los próximos diez años y comenzará, justamente, en un evento futbolístico: la Copa del Mundo de Alemania, en junio próximo.
La TV digital es el futuro inexorable del medio de comunicación más popular del mundo. Transformará los aparatos analógicos (que reciben señales por ondas de radio) en digitales con una definición de imagen igual a la de un DVD y con recursos de interactividad con la programación antes inimaginables, además de permitir la compra de programas a demanda (VOD, por sus siglas en inglés). Sin embargo, aún hay una incógnita urgente de ser resuelta: ¿cuál será el patrón de DTV que los dos países van a adoptar?
La decisión brasileña, prevista para febrero, tendrá una alta dosis de carga política, pues los gobiernos latinoamericanos son asediados por los consorcios de los patrones europeo (DVB), japonés (ISDB) y estadounidense (ATSC), que invirtieron miles de millones de dólares en investigación y desarrollo y ya están en funcionamiento.
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva tiene un as en la manga para negociar con esos consorcios: invirtió 22 millones de dólares en investigaciones para desarrollar el Sistema Brasileiro de Televisão Digital (SBTVD), que pretende ser una alternativa para los países vecinos de Sudamérica. Según el Ministerio de Comunicaciones brasileño, las transmisiones DTV en Brasil comenzarán el 7 de septiembre, la fecha patria nacional, en plena campaña electoral para la Presidencia.
En noviembre pasado, la Secretaría de Comunicaciones del Ministerio de Obras Públicas de Argentina decidió adoptar el mismo patrón de TV digital que Brasil. La decisión sorprendió porque el país había anunciado en 1998 su adhesión al ATSC estadounidense. (México adhirió en 2004 y no ha dado señales de cambiar de idea.) “Fue una sorpresa bastante agradable”, dice Walter Durán, director para Sudamérica de Laboratorio Philips, fabricante holandesa que participa del consorcio europeo. Durán se dice optimista con la posibilidad del SBTVD de usar parte del patrón DVB y que éste se “espeje” en la región. “Para generar riqueza es necesario exportar y para eso es preciso escala de fabricación”, dice.
LA COMPETENCIA
El giro en DTV no es exclusividad argentina. Al final del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), Brasil estaba inclinado a adoptar el patrón japonés, indicado para las emisoras domésticas como el más adecuado a las características del país y por sus recursos de transmisión para aparatos móviles, como los teléfonos celulares. Sin embargo, el gobierno de Lula decidió comenzar de cero y crear un nuevo patrón, afirmando que podría ser adoptado en conjunto con China e India. Los dos gigantes asiáticos, no obstante, dejaron pasar la idea brasileña.
La cuestión ahora es conducida por el Ministerio de Comunicaciones, donde Lula ya hizo dos cambios desde el inicio de su mandato, en 2003. Comenzó con el nacionalista Miro Teixeira, que fue reemplazado por Eunicio Oliveira y éste por el actual titular, Hélio Costa, periodista que hizo carrera en TV Globo antes de ser senador. Esas idas y venidas afectaron la decisión sobre el patrón. A la primera decisión de crear un nuevo patrón siguió el desarrollo del software middleware, el conjunto de programas que establecen la comunicación entre la señal de la emisora, el decodificador y el televisor, que sería adaptado a uno de los tres patrones ya existentes.
Ahora el discurso volvió a la creación de un nuevo patrón, el SBTVD, que será una nueva plataforma basada en una o más de los otros tres, y adaptado a las características locales de Sudamérica. “Es una cuestión compleja, porque es política, económica y tecnológica”, dice Lauro Sigaud, gerente de desarrollo de negocios de Fitec, institución de investigación en Campinas, São Paulo, que participa del grupo de desarrollo del SBTVD.
Sigaud no está de acuerdo con que el vaivén del gobierno brasileño atrase la implementación de la DTV en América Latina. “A veces esperar un poco puede traer la ventaja de elegir la solución más adecuada”, dice. “Si hubiésemos escogido el patrón japonés hace cuatro años, tal vez no habríamos tenido el conocimiento tecnológico de que disponemos hoy”.
De cualquier modo, emisoras e industria esperan ansiosamente por una decisión para iniciar las inversiones que podrían llegar a los 10,000 millones de dólares en 10 años, según cálculos de la industria. “En verdad, tenemos un prototipo, pero todavía faltan investigación y una buena cantidad de recursos para viabilizarlo”, dice Sigaud. El patrón de DTV define características como la compresión de la señal para el transporte por las ondas y cables, tratamiento de video y multiplexión de la señal, que permite la distribución de señales diferentes por un mismo canal, facilitando la interactividad y entrega de informaciones bajo demanda a cada receptor.
Ya hay frutos del desarrollo realizado por los 22 consorcios que reúnen 79 institutos de investigación brasileños contratados por el gobierno bajo coordinación del CPqD, un centro de investigaciones de Campinas y con recursos de Funtel, un impuesto pagado por las operadoras de telecomunicaciones.
La Universidad Federal de Paraíba creó la “Torcida Virtual”, un sistema en que el telespectador escoge la cámara y el sonido ambiente de un área del estadio para asistir a un juego de futbol en su TV. La Universidad Federal de Ceará desarrolló el TVOTO para que la audiencia opine sobre los debates parlamentarios y los congresistas reciban los resultados de la opinión popular.
INCLUSIÓN TELEVISIVA
La peculiaridad que justifica la inversión gubernamental en DTV es el hecho de que Brasil es un país de dimensiones continentales, con una enorme tasa de penetración de la TV abierta transmitida por ondas de radio —al contrario de los países desarrollados, que poseen grandes tasas de abonados a TV pagada y satelital—.
Otra justificación, difundida por el gobierno como la principal, es usar la DTV como vehículo para la inclusión digital de la mayoría de la población, de bajo ingreso y nivel educativo. “Desde el punto de vista tecnológico, el razonamiento es perfecto dada la interactividad de la TV”, dice Vagner Diniz, presidente del Instituto Conip, especializado en informática pública. “Pero se embarra con el mismo problema que los PC; el costo: la TV digital es cara”. De hecho, sólo el conversor digital para los aparatos de TV cuesta unos 130 dólares.
Por eso la decisión del gobierno de Lula debe ser cuidadosa. Lo que los gobiernos quieren es que se repita el caso de la TV en color, que en Brasil es PAL-M, un patrón híbrido a partir del europeo y que no funciona en ningún otro país latinoamericano. Después de algunos años, las TV fabricadas en el país pasaron a ser híbridas, con recepción PAL-M y NTSC (usada por los vídeos y DVD caseros), generando costos adicionales a industria y consumidores. “Mi miedo es que ocurra lo mismo con la TV digital”, dice Guido Orlando Jr., socio de la productora de TV VideoPress, en São Paulo. Durán, de Philips, concuerda: “Debe ser una decisión sabia, porque no tiene retorno”.
Sea cual fuere la decisión de Brasil, que seguirá Argentina, es cierto que influirá en otros vecinos que podrían aprovechar la economía de escala en la producción de TV y conversores. Al menos, eso creen los defensores del SBTVD.
En caso de que el asunto resulte tan aceitado como el de Maradona y Pelé en la TV, la industria y los consumidores de la región también serán ganadores.