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Niños de la frontera ya no estudian en Costa Rica

Las diferencias territoriales entre Nicaragua y Costa Rica lograron este año lo que un cocodrilo no pudo hace cuatro: hacer que los niños nicaragüenses de San Juan de Nicaragua estudiaran en su propio país.

Así lo aseguró Ernesto Moreno, miembro de la Brigada Ambiental de San Juan de Nicaragua o Greytown, uno de los municipios donde la gente depende más de Costa Rica para algunas necesidades sociales debido a la cercanía de la frontera.

Según Moreno, gracias al conflicto entre ambos países, los niños de comunidades fronterizas de San Juan de Nicaragua, en el municipio de Río San Juan, ahora estudian en Nicaragua, después de años de hacerlo en Costa Rica.

Esto se debe a que Costa Rica impidió este año que los niños nicaragüenses acudieran a sus escuelas en la zona más cercana a Harbour Head, un pantano de 2.5 kilómetros cuadrados que el Gobierno costarricense pretende quitar a Nicaragua por medio de injurias y una demanda en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya.

La negativa de Costa Rica de recibir a niños nicaragüenses en sus aulas coincidió con el desinterés de sus padres de enviarlos a estudiar al otro lado de la frontera, dijo Moreno.

Esto se debe en parte a las malas relaciones que existen actualmente entre ambos países a causa de las pretensiones costarricenses de apoderarse de Harbour Head.

Al final, un hecho malo se convirtió en bueno, ya que la Alcaldía de Greytown estableció un convenio con la organización ACRA, según Moreno, para garantizar que los niños estudiaran a partir de ahora en territorio nicaragüense.

“Ahora ellos tienen lancha, motor y gasolina, para que no tengan que ir hasta Costa Rica”, mencionó Moreno.

A CLASES EN LANCHA

La lancha realiza un recorrido por la mañana en las comunidades más aisladas, recoge a los niños y por la tarde los lleva a sus casas.

Moreno aseguró que esto tiene varios beneficios para los estudiantes. El primero es que no tienen que caminar entre uno y cinco kilómetros para ir a clases hasta Costa Rica.

El segundo es que ya no son 15 los niños que van a clases, sino que ahora son 30.

MIEDO A LAGARTO

El tercero es la seguridad. “A veces los niños no van a clases por temor. Hace cinco años un lagarto se comió a un niño cuando iba para la escuela”, relató Moreno.

Ahora los niños de San Juan del Norte no tienen que cruzar la frontera de Nicaragua con Costa Rica para estudiar, pues un medio de transporte les hace cumplir sus sueños.

Por lo pronto, el lagarto tendrá que esperar lo que decida la Corte en La Haya, antes de soñar con comerse otro niño, si es que todo vuelve a la “normalidad” en la frontera sur de Nicaragua.

RÍO DE MODA

En el transcurso de siete meses, el municipio de San Juan de Nicaragua parece haber cobrado importancia para el Gobierno central.

A finales de año se inauguró un polideportivo con usos múltiples en el municipio. Además en el trayecto del río se han inaugurado varias oficinas de Aduana y Turismo, instaladas a la par de puestos militares.

Eventos como el campeonato nacional de beisbol se han inaugurado en el municipio de San Carlos, situado en la cabecera del río San Juan que tiene un recorrido de unos 200 kilómetros y que en su último tramo se hacen tareas de limpieza.

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