Dejan escuela para ver futbol

Por José Denis Cruz

Es casi mediodía y un bus blanco, de esos que entregó el Gobierno, se posa enfrente del estadio virtual, que orientó instalar el presidente inconstitucional Daniel Ortega, contiguo al edificio Pellas. De pronto desciende de la unidad de transporte un pequeño “ejército de niños”, todos vestidos de azul y blanco, acompañados de su profesora que también exhibe los colores de la Bandera nacional. “Nos sacaron de clases”, dijeron algunos.

[doap_box title=”Recorrido gratis al estadio virtual” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Aproximadamente 70 unidades de buses dispuso la Juventud Sandinista (JS) para transportar gratuitamente a los jóvenes hacia el estadio virtual en Carretera a Masaya. Todas las unidades tenían su trayecto correspondiente. Entre las rutas que por momentos dejaron de transportar a capitalinos están: 101, 112, 119, 118, 106, 105.

Después que concluyó el partido, una especie de “hormiguero” se desató en el lugar, pues los asistentes se dirigieron al costado norte del estadio, donde estaba el parqueo de los buses.

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“Venimos en una excursión al estadio virtual y a conocer el lugar. La profesora nos dijo que viniéramos porque mañana (hoy) le vamos a entregar un trabajo”, dijo un niño mientras miraba atónito las megapantallas.

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Pedazos de telas de colores vistosos, que adornan la entrada del lugar, ondean al ritmo del viento, mientras los pequeños que no cumplen los 8 años caminan en fila hacia las graderías de donde verán el partido de futbol entre el Real Madrid y el Bayern de Munich. Sin embargo, de pronto deshacen las filas e inician a corretear.

Poco a poco más unidades de buses se estacionan en el costado sur del estadio virtual levantando una espesa nube de polvo. De ahí bajan más estudiantes que han cambiado sus camisas del colegio por las que entrega el partido gobernante con la leyenda: “Nicaragua, amor, paz y vida”.

Pero otros mantienen el uniforme y dejan al descubierto las insignias. Instituto Experimental México, Instituto Nacional Elvis Díaz Romero, se lee en algunas camisas.

El grupo de niños, que hace minutos llegó al lugar, pone a la maestra en alerta. Unos corretean entre las escaleras, otros juegan a echarse agua, uno saca sus cuadernos y escribe quién sabe qué, otros miran pasmados la inmensa pantalla que tienen en frente. Y otro, otro, otro y otro.

Ya a las 12:45, cuando el partido de futbol ha iniciado, el estadio aloja a uno tres mil fanáticos entre estudiantes y chavalos de barrios, que horas antes abordaron las unidades de buses que la Juventud Sandinista dispuso en sus respectivas localidades.

PROPAGANDA GUBERNAMENTAL

El reloj marca la 1:35 p.m. Es medio tiempo del partido y esta vez las intervenciones del animador, que está arriba en la tarima, dice: “Recuerden que esto es amor, paz y vida”. Lo repite como disco rayado. El nombre de la pareja presidencial no sonó por ningún lado.

En las pantallas gigantes se reproducían vídeos de la promotoría solidaria y del movimiento deportivo Alexis Argüello. En el spot del último una frase calaba entre las demás: “Más que una pasión, es una revolución”, haciendo referencia al deporte.

En la entrada del estadio virtual, donde los sonidos se confunden entre la algarabía de los fanáticos, las bocinas de los carros y el “ai se eu te pego” (canción), del brasileño Michel Teló y los gritos de los comerciantes, hay dos policías que inspeccionan las mochilas de quienes entran al lugar. Sin embargo, a vista y paciencia de ellos decenas de menores de edad, vestidos de azul y blanco, ingieren licor sin que nadie controlara el ingreso de las botellas de aguardiente, que ya vacías eran tiradas desde las alturas a quienes disfrutaban pacientemente el partido de futbol.

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