Crisis con cubanos abre nuevo conflicto Nicaragua-Costa Rica
La crisis humanitaria con 2 mil cubanos irregulares que fueron devueltos por el Ejército de Nicaragua hacia la frontera tica en Peñas Blancas, se convirtió en un nuevo momento de conflictos bilaterales entre estos dos países que mantienen una larga historia de desavenencias , con una relación actual al más bajo nivel por los tres juicios fronterizo pendientes de resolver en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Luego de la acción represiva de la Policía y el Ejército en la devolución de los cubanos, quienes ya habían transitado de modo ilegal hacia el interior de Nicaragua luego de saltarse la línea fronteriza; ambos gobiernos se lanzaron mutuas acusaciones por el apoyo costarricense, que aduciendo razones humanitarias, facilitó el viaje en su territorio a los cubanos con el otorgamiento de visas temporales de tránsito.
“Es falso, injusto, sin ningún fundamento. Ahora son las pavas que les tiran a las escopetas y que digan sin ninguna contemplación, de parte de Nicaragua, que llame a la comunidad internacional ante acciones deliberadas de Costa Rica, como si nosotros lanzamos a esta comunidad y los cruzamos, lo cual es absolutamente falso”, dijo la noche del 15 de noviembre el canciller Manuel González.
González reaccionaba de esta manera a las acusaciones del gobierno de Nicaragua, que por medio de su Primera Dama y Secretaria de Comunicación, Rosario Murillo; denunció a Costa Rica por violación a su soberanía nicaragüense y promover el ingreso forzoso de miles de inmigrantes irregulares cubanos que estaban varados en suelo tico.
“El Gobierno de Nicaragua, no tolera, ni tolerará, acciones que atenten y arriesguen nuestra Seguridad Soberana, tanto en lo que se refiere a la Integridad de nuestro Territorio como al Respeto inquebrantable a nuestro Ordenamiento Jurídico”, dice el comunicado leído por Murillo.
“El Gobierno de Nicaragua demanda a los Organismos Internacionales competentes atender con urgencia esta denuncia, así como la grave crisis que la irresponsabilidad del Gobierno de Costa Rica ha generado, violentando Convenios, Fronteras y Derechos”, concluye.
El canciller costarricense vio en esta nueva acusación, un nuevo escenario en la larga historia de conflictos con la nación vecina, a la cual gobiernos y ciudadanos ven como incómoda.
“Es muy lamentable que un asunto estrictamente humanitario como es este, sea tratado por ellos desde un punto de vista político. O se vea afectado un contexto humanitario por las dificultades que podemos tener en la relación bilateral. Costa Rica no le está pidiendo nada a Nicaragua, la comunidad internacional es la que debe reclamarle el aceptar y aplicar las regulaciones internacionales, no es un favor que le están haciendo a Costa Rica”, señaló el canciller.
“Lamentablemente son los derechos y la integridad de casi 2 mil personas y quien sabe cuántas más, las que se ven afectados por manejar esto desde el punto de vista de la relación bilateral de los dos países. Eso realmente sí es lamentable y sí merece el rechazo de la comunidad internacional. La reacción de un ejército fuertemente armado sí merece el rechazo de la comunidad internacional. Les puedo garantizar que Costa Rica seguirá haciendo su mejor esfuerzo para poder garantizar a estas personas su integridad en respeto a sus derechos”, añadió.
No ha sido un contrasentido que el canciller recordara ante periodistas, el viejo refrán de que “ahora las pavas le tiran a las escopetas”, y que luego martillara con que el que Nicaragua reclama por la flexibilidad migratoria de su país hacia los cubanos, misma que ha beneficiado a miles de nicaragüenses en parecidas condiciones durante las últimas 4 décadas.
“Reaccionan con un montón de exabruptos y palabras acusatorias a Costa Rica, reclamándole su flexibilidad y política migratoria, política migratoria que dicho sea de paso durante 40 años los ha beneficiados también a ellos, pero lo hemos hecho cumpliendo al pie de la letra regulaciones internacionales a las que estamos sometidos como país”, dijo el canciller.
Y es que Costa Rica se convirtió en refugio político para perseguidos durante la dictadura de Somoza y la revolución sandinista de los años 80. A lo largo de esos regímenes y hasta el momento, miles de nicaragüenses han emigrado a este país en busca de empleo, el mismo que no encuentran en Nicaragua.
Según el censo de hace 4 años del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Inec), en Costa Rica viven 287,766 nicaragüenses y representan el 74,6 por ciento del total de inmigrantes residentes, calculado en 385,899 extranjeros; aunque cifras extraoficiales consideran que la cifra puede ser mayor.
La mayoría de esos 287 mil nicaragüenses son residentes legales que regularizaron su condición migratoria en dos amnistías otorgadas por dos gobiernos distintos en la década de los años 90, la segunda de ellas después del huracán mitch que devastó parte de Nicaragua y Centroamérica en 1998.
Los nicaragüenses en Costa Rica siguen recibiendo apertura migratoria, aunque parte de estas disposiciones de regulación implementadas por el gobierno tico, sean para mejorar su recaudación y ordenar una mano de obra que es indispensable en áreas de servicio doméstico, agrícola y construcción.
Es precisamente esta población la que ahora vuelve a sufrir la discriminación que en estos momentos de conflicto activan los costarricenses en redes sociales.
Después de mantener cerrada entre la tarde de ayer y la mañana de hoy la frontera de Peñas Blancas, con el Ejército en frente, reabrió a medias para personas y vehículos livianos.
A los cubanos Nicaragua les sigue impidiendo el paso. En tanto, Costa Rica brinda asistencia en la frontera y en un albergue habilitado en La Cruz, 20 kilómetros al sur de Peñas Blancas.
El canciller González, y la directora de Migración, Kathya Rodríguez, indicaron que brindarán asistencia a estos migrantes a la espera que Nicaragua se humanice y cambie de posición.
También añadieron, que en cumplimiento de la legislación nacional e instrumentos internacionales, seguirán recibiendo a cubanos y otorgando visas de tránsito, siempre y cuando sea en el contexto de esta emergencia.