Daniel Ortega apuesta a aplacar el voto opositor
El objetivo de la estrategia del presidente inconstitucional Daniel Ortega, que alcanzó en mayo un poco más de su techo histórico con el 44 por ciento de intención de votos, según la encuesta de Borge y Asociados, es “la desmovilización del voto opositor” para mejorar sus propios porcentajes en los comicios generales de noviembre.
Ortega que cumplirá diez años en el ejecutivo en enero de 2017, busca continuar en el poder.
Para el diputado opositor Eliseo Núñez y el dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Edmundo Jarquín, quienes fueron estrategas políticos de la campaña presidencial de Fabio Gadea Mantilla en 2011, el factor que incide es la resolución de junio pasado cuando la Corte Suprema de Justicia (controlada por el orteguismo) quitó la representación legal del Partido Liberal Independiente (PLI) al diputado Eduardo Montealegre.
La oposición denunció entonces que despojaron a la ciudadanía de su derecho a elegir, golpeando la credibilidad en el proceso electoral, en el cual el caudillo sandinista quedó como candidato único.
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“Ortega busca desmovilizar la intención de voto de la oposición. Por lo tanto con sus votos disciplinados, él eleva su participación porcentual. Es decir: a menos votación, porque esto estimula abstención, su voto que es más organizado adquiere mayor porcentual. No es lo mismo 20 de 50, que es el 40 por ciento; que 20 de 100, que es el 20 por ciento”, explicó Jarquín.
De acuerdo con el Catálogo Estadístico de Elecciones en Nicaragua 1990-2011, publicado en agosto de 2012 por Ipade, Ortega fue derrotado en los comicios de 1990, 1996 y 2001 cuando hubo una participación de 86.23 por ciento, 76.39 por ciento y 73.19 por ciento respectivamente. En esas ocasiones, tuvo un solo contendiente que aglutinó al antisandinismo.
En 2006, sin embargo, el contendiente de Ortega se dividió entre la facción de Montealegre y la del expresidente Arnoldo Alemán (1996-2001), aliado de Ortega.
Con la desunión de los liberales, el FSLN volvió al ejecutivo con el 38.04 por ciento gracias a la Constitución vigente desde 2000, cuando Alemán y Ortega bajaron el techo electoral para la elección del mandatario a un mínimo del 35 por ciento, siempre que se mantuviera el cinco por ciento de diferencia con el segundo lugar.
NO CONVENCE A POBLACIÓN
Para Jarquín, los resultados de la encuesta de Borge y Asociados —en los cuales Ortega obtiene el 44 por ciento— indican que el oficialismo no ha logrado hacer cambiar las preferencias electorales.
“Si vos te fijás la cobertura de los programas como Usura Cero, Hambre Cero, es absolutamente marginal, de tal manera que la gente en su vida diaria no siente que con diez años de Ortega, ellos estén en términos de una condición estructural mejor. Más allá de lo que son los instrumentos paliativos no percibe la población que haya una solución estable, estructural, a sus necesidades socioeconómicas”, agregó Jarquín.
FSLN INSCRIBIÓ SU ALIANZA
El FSLN inscribió este viernes su alianza política en el Consejo Supremo Electoral, denunciado por fraudes a favor de ese partido desde 2008. Según el calendario electoral, se sabrá quién será la fórmula de Ortega entre el 28 de julio y dos de agosto de 2016.
A los comicios de noviembre asisten formalmente 17 agrupaciones políticas, aunque seis de ellas son aliadas del FSLN, mientras otros partidos son señalados como colaboradores en un proceso en que el gobierno no permitirá la observación internacional creíble.
El diputado Núñez dijo que Ortega hace una apuesta a largo plazo (2021), a partir de su golpe a la oposición. El legislador explicó que en 2006, cuando Montealegre fue el candidato por la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) y obtuvo el segundo lugar en la carrera presidencial, el sistema electoral dio 25 diputados al PLC y 23 a ALN, con lo que mantuvo la división.
LA LÓGICA DEL FSLN
En relación a las elecciones de 2006, el diputado opositor Eliseo Núñez explica cuál fue la lógica del presidente inconstitucional Daniel Ortega al reconocer a las dos fuerzas opositoras.
“Con eso mantiene un equilibrio entre los jugadores que le dieron el poder básicamente, porque si no ha habido esa división, él difícilmente llega al poder, porque paradójicamente es cuando menos votos tuvo en esa elección. Él viene y para evitar que se consolide como marca ALN, entonces quita el partido y nos obliga a irnos con el PLI. Lo que sucede después es que Alemán pierde fuerza y hay un desequilibrio total, lo cual pone a Ortega en una posición difícil porque en una polarización no hay división que lo salve”, sostuvo Núñez.
Agregó que Ortega ahora vuelve contra “el eje opositor”, porque “necesita que el PLC (de Alemán) resucite de ese cinco por ciento para poder reequilibrar las fuerzas y mantener(los) divididos”.
OBJETIVO: FRUSTRAR
El diputado opositor Eliseo Núñez dijo que el presidente inconstitucional Daniel Ortega gana con “la desmovilización del voto” y mantiene a la población con un grado de frustración en sus casas, con lo que prácticamente los obliga a no votar. Ese es un factor al que habría que sumar la perspectiva de que los medios sandinistas transmiten que Nicaragua está enfrascada en mundo paralelo del entretenimiento y buenas noticias, mientras con sus acciones Ortega desprestigia a la política en general.