¿Menos delito sexual en Nicaragua?

La desconfianza hacia las autoridades y la desmotivación en las víctimas, a criterio de especialistas en el tema de la violencia, ha incidido en la disminución de las denuncias por delitos sexuales en el país.

Según el Anuario Estadístico 2015 de la Policía Nacional, las denuncias de delitos sexuales ocurridos en el país pasaron de 1,782 casos en 2014 a 1,458 en 2015.

Sin embargo, la psicóloga Lorna Norori, coordinadora del Movimiento Contra el Abuso Sexual (MCAS), considera que esto es resultado del desestímulo hacia las víctimas, para que no denuncien los delitos relacionados con las mujeres y la niñez.

“Lo que están haciendo es tergiversando las cifras, desatendiendo el problema y presentando una cara falsa del problema”, sostuvo Norori quien apuntó que “las consecuencias son gravísimas”, pues esto lo que provoca es mayor impunidad para los agresores sexuales e incidir a que cometan nuevos delitos.

El hecho de que las víctimas no vayan a denunciar denota una condición de desesperanza para las familias afectadas, expresa Norori. “Es tan perverso que es como la normalización del problema y, el abuso sexual no es normal, el abuso sexual es una condición terrible y perversa, es como normalizar la ocurrencia del abuso, es privatizar el delito”, refirió Norori.

Relató que a su consulta han llegado personas adultas que en la niñez o adolescencia han sufrido abuso sexual y “presentan una secuela traumática compleja” que de una u otra manera se ha trasladado a sus hijos, pues el ciclo se repite.

Para la coordinadora del MCAS, el hecho de disminuir las estadísticas sobre un delito tiene como propósito decir que “este es un país sano”.

Sin embargo, ocultar las cifras también tiene consecuencias, según Norori, pues de esa forma no le dan atención al problema y en ese caso ese problema persiste y puede tener como consecuencia un repunte.

NO ES LA REALIDAD DEL PAÍS

Mientras para la directora del Centro Acción de Mujeres Acción Ya, Martha Munguía, el dato estadístico presentado en el Anuario policial “no es real”.

Munguía los considera como “datos de incidencia”, que las autoridades los toman de casos que pasan a constituir una denuncia.

“Yo no confiaría que hayan disminuido; porque no tenés certeza de que esa gente que fue a denunciar es el total de la gente que sufre el problema”, dijo Munguía.

Además la directora de Acción Ya, señala que hay otras causas que inciden en que esa información estadística no sea confiable. Por ejemplo, dice, que “han cambiado los criterios de medición, han cambiado las tipificaciones de los delitos (y), han cambiado la ruta de la justicia”.

Por tanto, Munguía plantea que anteriormente pese a que habían más facilidades— en cuanto a la ruta de la justicia que debía seguir la víctima— muchas personas en condiciones de abuso sexual no continuaban en el proceso, por lo que actualmente que consideran el proceso más difícil piensan que la cantidad de víctimas que llega hasta el final con su denuncia debe aún ser menor.

Mencionó por ejemplo, que las víctimas ahora tienen que acudir solas al proceso judicial, porque no les permiten el acompañamiento de alguna integrante de las organizaciones.

“O que tiene que dar cien mil vueltas, que enfrentarse con el agresor, que todo eso se había cambiado con la Ley 779 (Contra la Violencia Hacia la Mujer)”.

Todo eso lleva a Munguía a confirmar que hay menos víctimas que denuncian “porque es muy doloroso llevar a cabo ese proceso, aún con acompañamiento”.

“Y no es que se trate de una percepción, sino que hay una tendencia en la gente en decir que no quieren poner la denuncia”, tanto por lo complejo del proceso como porque en “ la puerta de entrada” del sistema, que ahora lo representa la Dirección de Auxilio Judicial, en la Policía, la atención no la realizan funcionarios especializados para abordar con las víctimas este tema tan delicado, como sí se hacía antes con las Comisarías de la Mujer.

Munguía señala que en los barrios y en las comunidades la gente percibe y conoce perfectamente que la situación de violencia en general es mucho mayor, pero eso no tiene relación con los índices oficiales.

POCOS Y NULOS RESULTADOS

Martha Munguía, directora del Centro Acción de Mujeres Acción Ya, advirtió que el temor es de que al haber disminuido las acciones preventivas públicas, se eleven los índices a causa de este delito.

“Hay desconfianza en el sistema (de justicia), eso sin lugar a dudas porque hay pocos resultados positivos… son mínimos los casos que van a proceso judicial en relación a lo que la gente sabe”, dijo.

Lorna Norori, coordinadora del Movimiento Contra el Abuso Sexual (MCAS), critica que quien ha venido a bajar las cifras de violencia es el presidente inconstitucional Daniel Ortega para aparentar tener un país seguro. “Tenemos que estar claros que para ellos en alguna medida tiene que ver con compromisos internacionales de hacer aparecer que efectivamente han hecho algo en el tema”, sostuvo.

TENDENCIA A EMPEORAR

La coordinadora del MCAS, Lorna Norori, advirtió que el problema es mayor, dado que como producto de las violaciones las víctimas resultan embarazadas. Muchas de ellas son niñas y adolescentes, de lo cual tampoco hay cifras oficiales. De seguir esto la situación empeora, según Norori, pues refiere que “mientras se normaliza el problema tampoco se hace prevención” y por tanto niños y adolescentes continúan en gravísimo riesgo del abuso sexual, por lo que organizaciones como la que ella preside insisten en que el problema persiste.