Productores nicaragüenses se preparan para la entrada del fenómeno de La Niña en agosto
La semana pasada el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) alertó a los productores a estar preparados el próximo mes, ante la posible entrada del fenómeno que produce excesivas lluvias, denominado La Niña.

Los productores nicaragüenses aseguran que se están preparando para la entrada del fenómeno climático La Niña, aunque consideran que las afectaciones no son tan fuertes como las que provoca la sequía, que suele traer consigo el fenómeno conocido como El Niño, que este año hay baja probabilidad de que aparezca y dañe las cosechas.
Álvaro Vargas, vicepresidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), manifestó que se han instalado varias estaciones meteorológicas con el fin de estar en alerta ante variaciones climáticas como estas. “Con estas estaciones es más efectivo el pronóstico y entre más y mejor información tengamos somos más eficientes en las acciones que podemos tomar para poder hacer frente a cualquier cambio que se dé en el clima”, explicó.
La semana pasada el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) alertó a los productores a estar preparados el próximo mes, ante la posible entrada del fenómeno que produce excesivas lluvias, denominado La Niña.
“Los escenarios de probabilidad apuntan a que el cincuenta por ciento puede estar relacionado al fenómeno de La Niña, un 47 por ciento muestra un escenario neutro y tres por ciento se inclina a convertirse en el fenómeno de El Niño”, arrojó el estudio del SICA, que espera que este se instale en agosto y se extienda hasta octubre, con altas posibilidades de que la región sea golpeada por ciclones tanto en el Pacífico como el Atlántico.
La última vez que se presentó el fenómeno de La Niña en Nicaragua fue en el 2018, previo en el país se habían dado tres años continúo de sequía (El Niño), lo que afectó fuertemente la producción.
“Hace tres años se dio el fenómeno de La Niña; y cuando el cultivo está sembrado son pocas las opciones que te quedan, pero entre los dos fenómenos climáticos; causa mucho más pérdida la sequía que el exceso de agua, indudablemente en esta ocasión y ante el seguimiento y la alianza que hemos hecho con el Centro Humboldt estamos mejor preparados”, dijo Vargas.
De presentarse en los primeros días de agosto abundante lluvia, uno de los cultivos que podría verse afectado es el frijol, porque la cosecha se saca en este tiempo de canícula, expresó Vargas.
Julio Munguía, gerente técnico de Upanic, expresó que están trabajando en coordinación con el Centro Humboldt con el fin de capacitar a los productores y así actuar con mayor efectividad ante estos casos de variación climática.
“Estamos a la expectativa de ver qué nos informa el Centro Humboldt para así nosotros poder orientar a nuestras cámaras de productores, todo va a depender de la cantidad de precipitación que se pueda presentar y en qué zonas, ahorita por ejemplo está en proceso la siembra de maní, si la precipitación se presenta en agosto muy copiosamente habrá un atraso en el proceso de la siembra, pero los productores ya se están preparando”, dijo Munguía.
El agrometeorólogo del Centro Humboldt, Agustín Moreira manifestó que La Niña se ha presentando en años anteriores muy débil, lo que no representa un peligro para el país, el único año que se dio este fenómeno pronunciado fue para 1998 cuando se dio el huracán Mitch.
Otras variaciones climáticas
“Como todos los años, tenemos mayores riesgos en septiembre, octubre y los primeros días de noviembre que pueden haber algunas formaciones ciclónicas, como ondas tropicales, tormentas, como también huracanes y depresiones climáticas, todo eso es normal al finalizar el invierno”, dijo Moreira.
De hecho el SICA también advirtió que debido a mayores temperaturas en este trimestre en la cuenca del océano Atlántico Tropical habrá una temporada de ciclones tropicales más activa con la presencia de huracanes.
Se espera que de los ciclones que se formen en el Pacífico, al menos dos afecten directamente a Centroamérica. En el caso del Atlántico, hay una probabilidad del ochenta por ciento de que al menos un huracán se forme y se intensifique en el Caribe y que otro ingrese a este procedente del océano Atlántico.