EE. UU. empieza a revelar el daño que Ortega está provocando con el cierre de ONG. Las primeras víctimas: más de 50 mil niños

Estados Unidos alerta que el régimen “deliberadamente” sacrifica “la salud y educación de la niñez para favorecer su propio poder”.

EE. UU. empieza a revelar el daño que Ortega está provocando con el cierre de ONG. Las primeras víctimas: más de 50 mil niños

Estados Unidos empezó a darle rostro al daño real que el régimen de Daniel Ortega está provocando en la ciudadanía con la decisión de cerrar de manera masiva y arbitraria a las organizaciones sin fines de lucro, cuya medida ha afectado a más de 1,000 entidades, a las que el régimen acusa de incumplimiento de índole administrativo y sin darles la oportunidad de corregir el mismo, tal como lo establece la ley que las regula.

El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, dijo este jueves que “el régimen Ortega-Murillo cerró organizaciones que proporcionan educación a más de 50,000 niño(a)s, comidas escolares a jóvenes malnutridos y operaciones gratis a niños con paladar hendido”.

Denunció que “deliberadamente sacrifican la salud y educación de la niñez para favorecer su propio poder”.

Indicó que “los cierres de ONG y persecución injustificada de la sociedad civil por el régimen Ortega-Murillo agotaron servicios cruciales para los nicaragüenses, causando sufrimiento innecesario. Hablé con grupos de la sociedad civil sobre cómo ayudar a los nicaragüenses”.

En declaraciones previas, el alto cargo de EE. UU. dijo que “solo en el 2022, el régimen Ortega-Murillo canceló más de 800 ONG y confiscó sus bienes, alegando cargos como terrorismo y ‘socavar la soberanía nacional’. El régimen le teme a cualquier cosa que ellos crean que amenaza su poder, aún si beneficia al pueblo de Nicaragua”.

Ya el 19 de julio, Nichols señaló que “el régimen Ortega-Murillo en Nicaragua dijo que planea cerrar 1,797 organizaciones sin fines de lucro, pero el número real podría ser mucho más alto. El régimen se preocupa más por permanecer en el poder que por el bienestar de su pueblo”.

Efectivamente el número que cita Nichols corresponde al dato que el régimen de Ortega brindó al Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat), que a través de un reporte anual indicó que un total de 1,797 organizaciones sin fines de lucro (OSFL) nicaragüenses son clasificadas como “vulnerables al financiamiento al terrorismo (FT)”, que es la principal razón que la dictadura ha utilizado para cerrarlas.

De estas, 208 son consideradas por la dictadura como entidades de alto riesgo para el financiamiento del terrorismo; 581 tienen riesgo moderado para esa actividad ilícita y otras 1,008 con riesgo bajo, según el IV Informe de Seguimiento Intensificado y Recalificación de Cumplimiento Técnico de Nicaragua, que realizó el Gafilat y que presentó en enero de 2020.

Es decir, que del total, al menos 789 son clasificadas por la dictadura como de alto riesgo a moderado para esa práctica ilícita. En Nicaragua, la dictadura asocia el terrorismo con protestas sociales contra su régimen desde el 2018.