Monseñor Báez pide orar para que liberen a los presos políticos que están siendo torturados
“No podremos tener una alegre navidad mientras ellos y ellas están sufriendo esta terrible injusticia, este crimen que clama al cielo”, aseguró el obispo desde el exilio
De cara a la celebración de la Navidad y teniendo en cuenta que muchos de los presos políticos nicaragüenses llevan años enfrentando todo tipo de vejámenes, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, aprovechó su homilía dominical para pedir que se siga orando por su liberación, ya que no puede haber una Navidad alegre mientras ellos estén sufriendo.
Desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Florida, Estados Unidos, donde celebra la misa dominical del mediodía, monseñor Báez aprovechó el relato del evangelio que este domingo se refiere al encarcelamiento de Juan Bautista, para recordar que “los poderes de este mundo no soportan a las personas valientes que encarnan la verdad y contagian libertad”. Y añadió que la prisión de Juan Bautista no es un hecho del pasado. Ya que actualmente en muchos países hay personas privadas de libertad, a pesar de no haber cometido ningún delito.
“Pocos días antes de la fiesta de Navidad el evangelio pone delante de nuestro ojos a un profeta encarcelado, al profeta que preparó los caminos del Mesías. Y no por haber cometido un delito sino a causa de sus ideas, de sus actitudes y de sus palabras. Su libertad interior, su capacidad de soñar, su fuerza para despertar esperanzas en el pueblo lo habían vuelto incómodo”, dijo el obispo Báez quien desde el 2019 permanece en el exilio.
Piensa de manera especial en los obispos y sacerdotes presos
Monseñor Báez aseguró que piensa con especial cariño en los obispos católicos. En Joseph Zen de noventa años detenido por las autoridades de Hong Kong, e indudablemente en su amado hermano monseñor Rolando José Álvarez, obispo de Matagalpa, privado de libertad por la dictadura de Nicaragua desde hace más de cuatro meses.
En Nicaragua hay más de 220 personas presas por motivaciones políticas, muchas de ellas llevan varios años en las cárceles del régimen Ortega Murillo. Al grupo que desde hace año y medio permanece en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), entre los que están varios exprecandidatos presidenciales, se sumaron recientemente siete sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo colaborador de monseñor Álvarez.
En su homilía monseñor Báez recordó que todas estas personas son sometidas a torturas psicológicas y físicas, no se les respeta su dignidad humana y se les condena injustamente a la soledad y al sufrimiento.
No puede haber una Navidad alegre mientras los presos políticos sufren
“A pocos días de la Navidad la prisión injusta de (Juan) Bautista nos invita a recordar a los presos de conciencia de hoy. Entre ellos hay líderes políticos y defensores de derechos humanos cuyo único delito ha sido soñar y luchar por un país mejor. Hay también sacerdotes, laicos y obispos encarcelados por ser testigos y profetas del evangelio”, señaló monseñor Báez.
Además pidió no olvidarlos y no ser indiferentes ante el dolor de ellos y el de sus familiares. “No olvidemos a estos hermanos y hermanas nuestras que sufren injustamente y a quienes se les acusa de delitos que no han cometido. Recordémoslos con afecto… En nuestro camino hacia la Navidad no seamos indiferentes, elevemos nuestra oración por ellos, para que el Señor les dé fuerza, los proteja y les dé salud”.
Además, al admitir la indolencia de las autoridades ante la súplica de libertad, pidió orar para que se ablande el corazón de los tiranos y les devuelva su libertad inmediatamente y sin condiciones. “Ya que hemos visto que es inútil exigir su libertad, pidamos, supliquemos. Oremos al Señor para que ablande el corazón de los tiranos, para que los libere y que los libere inmediatamente y sin condiciones”, pidió monseñor Báez.
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Las familias tienen derecho a estar con ellos y la sociedad los necesita
El obispo también recordó que las familias de las personas que están presas por motivos políticos tienen derecho a tenerlos junto a ellos. “Sus hijos los necesitan, la sociedad estará herida mientras están detenidos. El pueblo de Dios sufre la ausencia de sus amados pastores encarcelados y necesita su presencia cálida y su voz profética”.
Finalmente aseguró que “no podremos tener una alegre Navidad mientras ellos y ellas estén sufriendo esta terrible injusticia, este crimen que clama al cielo”, dijo el obispo durante su homilía e insistió en que no se debe perder la esperanza, a pesar de sentir que la respuesta no llega.
