Así ha venido la recaudación de impuestos que ha llevado que el régimen logre un superávit fiscal 

Nicas consumen más cervezas, rones y gaseosas que son gravados por un impuesto, lo que es parte del aporte al aumento de los ingresos fiscales

Así ha venido la recaudación de impuestos que ha llevado que el régimen logre un superávit fiscal 
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El 9 de diciembre, la Asamblea Nacional aprobó con carácter de urgencia Ley de Modificación a la Ley del Presupuesto Anual de la República 2022, enviada tres días antes por Daniel Ortega. Ahí se plasmó algo que no sucedía en décadas: un superávit fiscal, más ingresos que gastos, garantizados principalmente por una mayor recaudación de impuestos que son garantizados por los nicaragüenses. 

El hecho de ser un pago obligatorio, es que lo define como impuesto, es una imposición fiscal, refieren especialistas.

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¿Y qué es lo que ha provocado este superávit? Un economista, especialista en finanzas públicas, bajo condición de anonimato respondió categóricamente: “Porque no se estaba dando la recaudación que se tiene ahora”, a la vez que confirmó que Nicaragua no ha reflejado un superávit fiscal en décadas. 

Indicó que él último superávit se observó “en la época de Somoza de los sesentas, pero luego hasta ahora, pero esto antes de donaciones. Con donaciones incluidas se dieron varios otros momentos en que tuvimos superávits en la década de los noventa y después”, indicó.

Los datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) y del ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP), sobre el balance del gobierno central, no muestran un superávit antes de donaciones desde 1965 y después de donaciones desde 2019.

El registro que desde marzo de 2021 administra el MHCP, indica que el superávit del año que está por concluir es antes de donaciones, con datos hasta octubre.

Para este 2022, el régimen de Ortega prevé lograr recaudaciones de impuestos por casi 104,360.3 millones de córdobas, unos 2,880 millones de dólares.

Las proyecciones del régimen de Ortega van por la misma tendencia en el año que está por iniciar, puesto que así lo plasmó en la iniciativa de Ley Anual del Presupuesto General de la República de 2023, a través del MHCP, aprobada por unanimidad por los 91 diputados de la Asamblea Nacional, la mayoría del partido sandinista. 

Ciudadanos garantizan el superávit

El 22 de noviembre, durante la sesión de aprobación de la iniciativa de Ley, que fue presentada el 25 de octubre, el diputado del régimen, Wálmaro Gutiérrez, dijo que por varios años “hemos venido construyendo una historia de éxitos, particularmente en la gestión económica”. 

“Estamos hablando de una Ley anual que por primera vez desde que tengo memoria, lejos de estar lamentando que nuestros gastos sean mayores que nuestros ingresos, que como dice el dicho popular, que el presupuesto general de la República es como la cobija del pobre, que si se cobija la cabeza, se descobija los pies, hoy en día estamos hablando de un presupuesto general de la República plenamente financiado y sin déficit presupuestario”, señaló Gutiérrez, quien lleva más de 25 años como diputado del partido del régimen. 

Enfatizando el “logro” del régimen respecto a otras administraciones, Gutiérrez agregó que “el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que escuche”, para luego señalar que “el presupuesto general de la República se encuentra fundamentalmente financiado por el esfuerzo fiscal de las y los nicaragüenses, ese es otro elemento que hay que destacar, la confianza de los sectores económicos, productivos, empresariales, sindicales, todos los sectores haciéndole ganas y aportando”. 

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Dijo que tener superávit, es tener un presupuesto “con recursos adicionales ante posibles contingencias” y citó como riesgos potenciales: la recesión mundial, precios mayores a los esperados y el endurecimiento monetario, en base a los lineamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) a quien respaldó.  

Los datos oficiales demuestran que en los ingresos presupuestarios han venido incrementándose año con año, a partir de 2018, principalmente por los ingresos tributarios (impuestos), que en 2022 representan el 92.5 del total de fondos que percibe el gobierno, según está definido en la reforma presupuestaria aprobada hace tres semanas. 

El sector comercio es optimista, una fuente ligada a este rubro, bajo condición de anonimato, valora de “positiva” la temporada de navidad y año nuevo, “gracias al aguinaldo y las remesas se ha tenido un crecimiento promedio superior al 10 por ciento respecto al año pasado”, indicó.

Más aporte por cervezas, rones y gaseosas 

Los datos oficiales reflejan que los aportes al Impuesto Selectivo de Consumo (ISC), con el que se grava al consumo de cervezas, bebidas alcohólicas y aguas gaseadas, ha venido en aumento. 

Destaca el consumo de cerveza, un rubro que no ha mostrado reducciones a pesar de la profundización de la crisis sociopolítica en 2018 y la pandemia por covid-19 en 2020. 

Caso contrario, el aporte del ISC por consumo de bebidas alcohólicas y aguas gaseadas muestra una reducción en 2018 para luego mantener una recuperación hasta las proyecciones de cierre de 2022. 

Mismo comportamiento muestra el Impuesto Específico Conglobado a los combustibles. 

Lo que debería resolver, según economista

El economista Enrique Sáenz, dijo que normalmente la política fiscal debe tender al equilibrio entre ingresos y gastos, como uno de los mecanismos para mantener la estabilidad de los precios y mantener la inflación bajo control, además de darle soporte a las reservas internacionales para fortalecer la relación entre la moneda local y las divisas. 

“Pero acá tenemos un superávit fiscal como resultado de un exceso de los ingresos sobre los gastos, pero tenemos la tasa más alta de inflación en Centroamérica, la mayoría de los nicaragüenses está sufriendo por la desproporcionada carestía en la canasta alimentaria”, señaló. 

Se preguntó “de qué le sirve al que tiene menos comida en su mesa, menos frijoles, menos tortillas, menos pan, que son algunos productos que más se han encarecido, frente al superávit fiscal”. 

Dijo que tampoco está sirviendo para ajustar los ingresos a los trabajadores del Estado, “talvez se beneficien los altos cargos, con tarjetas de crédito y salarios escondidos, pero un maestro, una enfermera que según cifras oficiales los alimentos han aumentado hasta más del 20 por ciento este año, los salarios les fueron ajustados en tres por ciento”. 

“Ese superávit ni siquiera ha servido para mejorar el nivel de vida de los trabajadores del Estado”, aseveró. 

Consideró que “posiblemente sean las mejores cuentas fiscales de Centroamérica, pero en el país donde está la más alta tasa de inflación”. 

Sugirió que con un superávit fiscal se deberían promover empleos que generen ingresos a los trabajadores y a las empresas. “Y la población está escapando del país en los últimos dos años precisamente porque no hay empleos ni oportunidades de mejorar”. 

Para Sáenz estas mejoras macroeconómicas “es una preparación ante la posible agudización de las contradicciones con países como Estados Unidos”. 

Sobre el incremento en la inversión pública, que señala el presupuesto, dijo que gran parte es financiada con recursos externos. 

Cobrar impuestos implica mayor transparencia 

El cobro de los impuestos supone que los gobiernos deben acompañarse de un sistema de control y seguimiento que garantice la transparencia, al menos eso lo plantean las investigaciones de las ciencias políticas, indicó el expresidente del Banco Central de Costa Rica, Rodrigo Cubero. 

 “Existe un principio fundamental a la raíz de los tributos que es que no puede existir tributación sin representación, de hecho la tributación fue el origen de los parlamentos particularmente en el caso de Inglaterra”, señaló. 

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Explicó que a través de la Carta Magna los señores feudales acordaron con el Rey Juan “sin tierra” que, si se les va a imponer tributos, eso tenía que ser aprobado por una especie de Cámara legislativa y así es como nace el Parlamento británico. 

“Desde entonces ha habido muchas investigaciones políticas que han demostrado que los países que dependen fundamentalmente de tributos para los ingresos del Gobierno tienden a tener entonces parlamentos más desarrollados”, agregó. 

Dijo que los países que dependen de los tributos tienen que darle cuentas a los ciudadanos de cómo se están usando los ingresos tributarios, “en general las investigaciones en empíricas han sugerido en materia de ciencias políticas que los países que dependen en mayor proporción de tributos como porcentaje de los ingresos fiscales tienden a tener mayor nivel de desarrollo político”. 

Sin embargo, aclaró que es una tendencia, pero no una regla, “no es una regla infalible es simplemente una tendencia que los países que tienen mayor dependencia de impuestos tienen tienden a tener regímenes parlamentarios y sus instituciones de control más desarrolladas, por supuesto hay clarísimas excepciones y una de ellas son los países (con gobiernos) autoritarios”. 

Impuestos no son la única alternativa 

Al ser consultado sobre si los impuestos son la única alternativa para garantizar los ingresos a los gobiernos para financiar sus presupuestos, Escudero aclaró que eso depende de cada país, sobre todo de su estructura económica. 

“Hay una mayor o menor dependencia en cada país de los de los tributos como fuentes de ingresos para los gobiernos, la mayoría de los países del mundo depende fundamentalmente de los tributos pero hay algunos países donde hay una abundancia de recursos naturales o de recursos geográficos quienes permiten alcanzar una mayor una mayor proporción de ingresos no tributarios para el gobierno”, indicó. 

A manera de ejemplo citó a los países exportadores de petróleo, los países exportadores de otras materias primas como los minerales o los hidrocarburos, debido a que la explotación del subsuelo normalmente está sujeta a cánones y esos cánones son ingresos para los gobiernos que les permite generar una fuente importante de ingresos. 

Entre estos países citó a Nigeria, Venezuela, Chile, Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Catar. 

“Los países que exportan minerales en esos casos hay una parte importante de los ingresos del gobierno que se derivan directamente de gravar la actividad de explotación del subsuelo en particularmente a partir de cánones que se le cobran a las empresas”, apuntó.  

También se refirió a Panamá que por su ventaja geográfica de contar con el canal le permite al gobierno recibir una proporción altísima del total de ingresos básicamente a partir de los de los cánones que se cobran por las tarifas que se cobran por el paso de los barcos. 

“Son casos importantes pero excepcionales, la regla en el mundo es que en los países los gobiernos dependan fundamentalmente de los tributos como fuente de ingresos porque no hay mucha alternativa, siempre los gobiernos tienen algunos otros ingresos no tributarios como por ejemplo en las multas, los peajes o las tarifas que se cobran por algunos servicios públicos pero tienden a ser porcentajes relativamente bajos de los ingresos totales”, explicó. 

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Aclaró que si los impuestos son bien diseñados se puede lograr cierta progresividad en el en el sistema fiscal, “en el caso de los tributos se puede grabar más que proporcionalmente a los sectores más ricos de manera que sean ellos que paguen más como proporción de sus ingresos”. 

En Nicaragua, el mayor porcentaje de tributos (impuestos y aranceles) se originan por los impuestos sobre los bienes y servicios, seguidos de los impuestos sobre la renta, las utilidades y las ganancias de capital. 

Según el último informe de Liquidación del presupuesto a septiembre reciente, los impuestos sobre bienes y servicios representaron el 51.7 por ciento de los ingresos tributarios, mientras que el 44.73 por ciento fue garantizado por los impuestos sobre la renta, las utilidades y las ganancias de capital. 

El porcentaje restante se distribuye en los impuestos sobre el comercio y las transacciones internacionales y en menor grado “otros impuestos”, en donde destaca el impuesto de cuota fija.