Economía de un tercio del mundo estará en aprietos en 2023, anticipa el FMI. Qué esperar para Nicaragua 

La economía mundial seguirá a paso lento en el año que inicia de la mano de la inflación, pronostica líder del FMI. No hay buenas perspectivas para China, el “salvavidas” esperado por el Gobierno

Economía de un tercio del mundo estará en aprietos en 2023, anticipa el FMI. Qué esperar para Nicaragua 

Un año más difícil que el que acaba de concluir es la previsión para la economía mundial en este 2023, indicó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. En el caso de Nicaragua, las proyecciones del régimen son un crecimiento menor al estimado para 2022, que además cerró con una alta tasa de inflación. 

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La respuesta de Georgieva ante este sombrío panorama fue clara. “¿Por qué? Porque las tres grandes economías, Estados Unidos, la Unión Europea y China se están desacelerando simultáneamente”, dijo durante una entrevista que se transmitió este domingo en la cadena estadounidense CBS. 

“Anticipamos que un tercio de la economía mundial esté en recesión”, señaló, para luego indicar que incluso en los países que no están en recesión “se sentiría como una recesión para cientos de millones de personas”. 

En materia económica la recesión es la contracción o falta de crecimiento en la actividad de la economía medida por el Producto Interno Bruto (PIB) por varios meses consecutivos, específicamente dos trimestres que es el equivalente a un semestre. 

La alta funcionaria señaló que si bien Estados Unidos puede terminar evitando una recesión, la situación no es alentadora para Europa, que se ha visto afectada por la guerra en Ucrania. “La mitad de la Unión Europea estará en recesión”, agregó Georgieva. 

Recordó que el FMI anticipa una desaceleración de la economía a nivel mundial pronosticando un crecimiento de 2.7 por ciento en 2023, cuando en 2021 fue del 6 por ciento y del 3.2 % el año pasado. 

En Nicaragua, el régimen estimó que 2022 cerraría con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) no mayor al 4.5 por ciento y para este 2023 pronostica entre 3 y 4 por ciento. Estas apreciaciones se podrían ver impactadas por el hecho que EE. UU., la Unión Europea y China son socios claves, aunque en el caso de Pekín realmente el Gobierno tiene la esperanza de conseguir mayores ventajas económicas en el marco de sus relaciones diplomáticas.

El efecto de China 

Pero Georgieva confirmó que la desaceleración económica en China tendrá un impacto negativo a nivel mundial. La segunda economía más grande del mundo se debilitó drásticamente en 2022 debido a su rígida política de cero covid, que dejó al país fuera de sincronía con el resto del mundo, interrumpiendo las cadenas de suministro y dañando el flujo de comercio e inversión. 

“Por primera vez en 40 años es probable que el crecimiento de China en 2022 sea igual o inferior al crecimiento mundial”, dijo. “Antes del covid, China generaba el 34, 35, 40 por ciento del crecimiento global. Ya no lo está haciendo”, indicó y aseguró que este es un período “bastante estresante” para las economías asiáticas. 

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Auguró que los próximos meses “serán difíciles para China y el impacto en el crecimiento chino sería negativo”, pero se espera que el país avance gradualmente hacia un “nivel más alto de desempeño económico y termine el año mejor de lo que va a empezarlo”. 

“Espero que Estados Unidos no caiga en recesión, a pesar de todos estos riesgos”, destacó.

Respecto a los mercados emergentes y las economías en desarrollo estimó que “el panorama es aún más grave, ya que, además de todo, les golpean las altas tasas de interés y la apreciación del dólar”. 

La amenaza inflacionaria 

Hasta noviembre de 2022, Nicaragua registraba el índice de inflación interanual (noviembre 2022 frente a noviembre 2021) más alto de Centroamérica y Panamá: 11.38 por ciento. 

Por otro lado, la inflación acumulada hasta noviembre en Nicaragua, 9.83 por ciento, es de las más altas en los últimos 12 años, según reflejan los datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).

El alza generalizada de los precios, como se define la inflación, es otra amenaza para las economías en el mundo y Nicaragua no es la excepción. El economista Néstor Avendaño en su reciente blog señala que “ya existen riesgos externos a la vista, que podrían acelerar la inflación por el lado de la oferta, y generar cuellos de botella en las redes de suministros de bienes intermedios (o materias primas) y bienes finales (destinados al consumo, la inversión y la exportación)”, además de una mayor desaceleración del crecimiento económico mundial que impactará al comercio global. 

Avendaño hace referencia que la situación en China estuvo lidiando con un número creciente de casos de contagio de covid-19 en diciembre, luego de tres años de severas restricciones por la pandemia.  

Además, menciona que “es muy probable que la economía de Estados Unidos caiga en recesión en 2023. La Fed (Banco Central de EE. UU.) con el objetivo de aplacar la tasa de inflación ha incrementado la tasa de interés en 425 puntos básicos, al pasar del rango de 0.0 %, 0.25 % en febrero de 2021 a 4.25 %, 4.50 % en noviembre recién pasado, lo que encarece los préstamos, aumenta la tasa de desempleo, desacelera la tasa de crecimiento de la producción y provoca la recesión”. 

Para Avendaño, la recesión, acompañada de una alta inflación, tiende a elevar las expectativas inflacionarias en el mediano y largo plazo. 

El economista también pronostica un riesgo interno. “Si la tasa de inflación se vuelve persistente en el mercado local, se introducirá en la estructura de los costos de producción de todas las actividades económicas porque los empresarios y los trabajadores comenzarán a fijar precios y salarios, surgirá la espiral precio-salario-precio al creerse que todos los demás empresarios y trabajadores subirán los precios de los productos y los salarios en el futuro”. 

Explica que “disminuir una inflación arraigada en todas las actividades económicas requerirá una recesión bastante severa, lo que los economistas llamamos un aterrizaje ‘duro’, al aumentarse la tasa de desempleo”.  

Refirió que “un tercio de la población nicaragüense en edad de trabajar está desempleada y no busca trabajo, según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide)”. 

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Las proyecciones de Avendaño para este 2023 las sustenta con estos argumentos: “Lo que ocurra en 2023 dependerá de la evolución y de la afectación entre sí de los tres shocks, el  geopolítico (por la guerra de Rusia contra Ucrania principalmente), el energético y el económico. Con el riesgo económico de una recesión mundial, la debilidad económica podría exacerbar el riesgo geopolítico. Pronosticar el comportamiento económico mundial, de una región y de un país en el corto plazo es una tarea sombría”. 

La guerra en Ucrania, a juicio del economista, ha llevado a la reestructuración apresurada y anormal del sistema energético global, provocando el alza inflacionaria en los precios de los combustibles y de la energía eléctrica. 

Otro efecto de la guerra es la escasez de alimentos —porque Ucrania es un exportador agrícola importante—, principalmente de trigo; así como el alza en los precios de los alimentos por los costos de los fertilizantes y del transporte. 

Alerta con las alzas

“Los alimentos y los combustibles representaron más de la mitad de la inflación en todas las regiones del mundo en 2022”, apunta. Nicaragua no es la excepción, la inflación en el país se ha visto reflejada en el alza de los productos alimenticios, según lo confirman los datos de la canasta básica de 53 productos que a noviembre se acercaba a los 19 mil córdobas.  

Para el presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, este nivel de inflación es causa de efectos externos, y estimó el cierre del año con un acumulado de dos dígitos, según comentó recientemente en un medio de propaganda del régimen de Daniel Ortega.

“Esperaríamos que la inflación se ubique entre un 10 y 11 por ciento (al cierre de 2022) como resultado de esos precios internacionales, pero como ya toda la cadena de precios se contuvo y está bajando, está moderando su crecimiento, esperaríamos que el próximo año estos precios en Nicaragua también se moderen y se contengan, y estaríamos proyectando para el 2023 una inflación que podría estar entre un 5 y un 6 por ciento”, indicó.  

Por otro lado, Nicaragua tiene los precios de los combustibles más altos de la región, aun con el “congelamiento” de precios que decidió implementar el régimen de Daniel Ortega desde abril de 2022. 

“La recesión surgirá en los países de economía avanzada en 2023 debido a las alzas de las tasas de interés de sus bancos centrales, para reducir el consumo y la inversión para aplacar la inflación, pero el dolor económico será mundial porque un dólar fuerte impacta a los países pobres”, señala Avendaño. 

A la vez que considera que la recesión será leve en Estados Unidos porque su mercado laboral está fuerte y el nivel del ahorro de las familias estadounidenses es alto, pero será más fuerte en Europa. 

Centroamérica en veremos 

Mientras tanto, en Centroamérica la situación de la economía regional sigue siendo tratada a través de los mismos organismos instalados con resultados de integración poco visibles. En noviembre reciente fue aprobado el Plan de Reactivación Económica Regional por el Consejo de Ministros de Integración Económica (Comieco), el Consejo Sectorial de Ministros de Transporte de Centroamérica (Comitran) y el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (Comisca). 

Dicho acuerdo pretende contribuir a la recuperación económica mediante tres pilares: atención a la pandemia y fortalecimiento de los sistemas de salud; facilitación del comercio y las operaciones transfronterizas; y movilidad y logística. 

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El comunicado de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca), fundada en 1961, indica que los países “se disponen a conformar grupos ad hoc por cada uno de los pilares, los cuales tendrán el propósito de formular planes de acción que detallarán las actividades específicas, fuentes de financiamiento, responsables y plazos para su implementación”. 

Durante las seis décadas de funcionamiento la Sieca ha sido dirigida por dos nicaragüenses, Roberto Mayorga-Cortés (1972-1978) y Gilberto Rodríguez Valdez (1990-1991). Actualmente la Secretaría General está a cargo del salvadoreño Francisco Lima Mena.