Monseñor Báez: “Los cambios auténticamente justos y democráticos no llegan con diálogos oscuros a espaldas del pueblo”
Monseñor Báez pide no dejarse engañar con promesas de falsas soluciones a los problemas del país

Mientras en los últimos días se habló de la posibilidad de un nuevo diálogo para buscar soluciones a la crisis que enfrenta Nicaragua desde abril del 2018, desde su exilio el obispo auxiliar de la Arquidócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, advirtió que los verdaderos cambios democráticos no llegan con diálogos oscuros que se realizan a espaldas del pueblo. Además, pidió no permitir que se repita la historia con falsas promesas que solo buscan la consolidación del poder y la continuidad del sistema.
Sin hacer alusión directa a Nicaragua, durante la homilía dominical que celebró en la iglesia Santa Brígida de Brooklyn, Nueva York, monseñor aseguró que en el mundo de los poderosos todo se vale con tal de asegurar su propio poder y la continuidad del sistema.
“Los cambios auténticamente justos y democráticos no llegan con diálogos oscuros realizados debajo de la mesa y a espaldas del pueblo. Y mucho menos negociando la dignidad y la libertad de las personas como que fueran moneda de cambio”, aseguró el obispo Báez y añadió que si se quiere construir una sociedad nueva y auténticamente democrática no se debe permitir que se repita la historia.
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Los poderosos intentan engañar para conseguir sus propósitos
De concretarse un nuevo diálogo, sería la tercera vez que desde el estallido social de abril de 2018 el régimen acepta sentarse. Sin embargo, en las dos ocasiones anteriores no ha habido resultados positivos. Críticos de la oposición sostienen que la dictadura solo los utiliza para ganar tiempo. Hasta ahora el régimen no ha cumplido ninguno de los compromisos que asumió en los diálogos de mayo de 2018 y marzo de 2019.
Incluso en abril de 2019, ante la falta de voluntad del régimen de cumplir los acuerdos, la Alianza Cívica se levantó de la mesa de negociación. En esta ocasión, el interés de Ortega de sentarse a negociar era conseguir que Estados Unidos y otros países le levantasen las sanciones que le habían impuesto a personas y empresas de su círculo cercano, por las graves violaciones a los derechos humanos que han cometido.
Según el obispo Báez, igual como hizo Herodes en el pasado, cuando intentó matar al niño Jesús, “quienes hoy se aferran al poder en forma ambiciosa y enfermiza también intentan engañar para conseguir sus propósitos malévolos”.
No caer en la trampa de falsas soluciones
Además, pidió estar atentos ya que la mentira es un arma de los tiranos y los engaños del pasado exigen estar atentos para no caer nuevamente en sus trampas de falsas promesas de solución.
“No tengamos miedo al poder ni nos dejemos intimidar por sus engañosas falacias. Confiemos más en la bondad de Dios que en el aparente esplendor de los poderosos”, pidió monseñor.
Según el obispo, las reiteradas muestras de “falta de integridad y las múltiples promesas que han incumplido en el pasado”, nos exigen estar alerta, pero también aprender de los errores del pasado. Para no caer nuevamente en la trampa de falsas soluciones a los problemas del país. Ya que estas lo único que intentan es asegurar su permanencia en el poder y la continuidad del sistema.
Monseñor también expresó que muchas veces la incertidumbre y el hecho de no tener la claridad de lo que ocurrirá nos desanima, paraliza y nos impide avanzar. Por lo que pidió no desanimarse.
Reconocer los errores y aprender de ellos
“Los grandes cambios sociales son lentos y complejos, no se consiguen de un día para otro. Sobre todo cuando se trata de superar tantos vicios sociales y políticos que han dominado nuestra historia. Tales como el sometimiento de la ley a las arbitrariedades de los poderosos o la indiferencia de gran parte de la ciudadanía frente a la realidad social y política cuando constatamos que las cosas no cambian con la rapidez que quisiéramos, hay que tener paciencia histórica y confianza en Dios”, pidió monseñor Báez.
Y añadió que “no hay que desesperar. Hay que perseverar adelantándonos a vivir el ideal de sociedad que queremos conseguir. Esforzándonos por liberar nuestros propios corazones de ambiciones mezquinas y comprometernos en la reeducación de las nuevas generaciones”.
“Las personas nos equivocamos, las sociedades se equivocan. Lo trágico no es equivocarse sino, no reconocer los errores. Lo terrible no es caer, sino quedar caído y no levantarse más. Los errores humillan a veces, pero siempre enseñan. Las caídas duelen, pero dan experiencia, vivir es rectificar. Todo lo que somos lo hemos conseguido a base de corregir errores… a pesar de todos los fracasos y frustraciones siempre es posible volver a empezar y seguir caminando”, expresó.
Los tiranos son miedosos
También señaló que en las estrategias de los poderosos todo es válido. “El cálculo, el cinismo, la mentira, valen también la crueldad, el terror y el desprecio de los inocentes. Los tiranos de ayer y de hoy se disfrazan de defensores de la paz y del orden. Pero son crueles y desalmados y como Herodes terminan siempre provocando mucho dolor y derramando sangre inocente”.
También dijo que aunque los tiranos aparenten ser valientes y presentarse altaneros y agresivos, son muy miedosos y se sienten continuamente amenazados. “Para ellos los demás, el pueblo entero, incluso los de su círculo más íntimo, son siempre rivales o enemigos a quienes temer, contra quienes luchar o a quienes engañar o eliminar”.
Finalmente pidió no resignarse. “La vida es una búsqueda constante y solo buscando podemos encontrar el sentido de la vida y el misterio de Dios. No nos podemos resignar a que las cosas sigan siendo como han sido siempre. La vida no es un inmenso museo para ser observado, ni la historia de un libro viejo que solo hay que reeditar una y otra vez. Hay que buscar, hay que vivir en constante peregrinación interior”.
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