Cómo Ortega y Murillo buscan perpetuarse a la sombra del sistema de “partido único” en Nicaragua

Analista explica por qué en Nicaragua se ha instalado una “mafiocracia totalitaria”.

Cómo Ortega y Murillo buscan perpetuarse a la sombra del sistema de “partido único” en Nicaragua
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La Unidad de Inteligencia de la revista The Economist (EIU) afirmó en su más reciente informe sobre Nicaragua, que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo convirtieron “efectivamente (al país) en un Estado de partido único, tras las votaciones municipales de noviembre de 2022, mediante las cuales se apoderaron de las 153 alcaldías del país.

El 10 de enero reciente, el Consejo Supremo Electoral (CSE) juramentó a los alcaldes, vicealcaldes y concejales de los 153 municipios del país para el periodo 2023-2027. Todos son del partido sandinista y designados por Ortega y Murillo.

El politólogo y analista del Diálogo Inter-Americano en Washington, Manuel Orozco, explicó que “Nicaragua es un país gobernado por un solo partido, pero con la formalidad de la presencia de otros partidos políticos”, que para los críticos son partidos colaboracionistas del régimen orteguista.

La publicación británica resaltó que “la eliminación de todos los candidatos de la oposición destaca el férreo control que ejercerá el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) sobre el sistema político y las instituciones del Estado en los próximos años”, apoyados además por las fuerzas de seguridad, para que Ortega y Murillo cimenten su “régimen autoritario dinástico”.

Orozco coincide en que “el interés no estriba en tener un sistema de estado total, sino de una dinastía con el monopolio de la fuerza como un clan dentro de la tribu del partido” y señaló que “a diferencia de los estados totalitarios, el partido no es el que tiene la autoridad, sino que Daniel Ortega y Rosario Murillo con la lealtad de la Policía y el clientelismo dentro del FSLN”.

“Es por ello que la ruta del régimen de eliminar la presencia de partidos políticos representativos, de eliminar la existencia de gobiernos locales y diputados nacionales opositores, responde a una lógica que interpretan que la única alternativa es la radicalización para sostener el poder político de la dinastía y el círculo de poder, dado que de otra forma la voluntad popular los remueve del poder”, agregó el politólogo.

“Mafiocracia”

A criterio de Enrique Sáenz, exdiputado y analista político, la calificación de partido único es “insuficiente para caracterizar al régimen que ha implantado Ortega, porque va mucho más allá del tema propiamente político que es al ámbito que usualmente alude un régimen de partido único”.

Sáenz afirma que en Nicaragua lo que se ha instalado es una “mafiocracia”, término que utilizó para referirse a la captura del Estado y a la apropiaciones de espacios de poder político por grupos mafiosos.

El analista político explicó que en la conferencia internacional anticorrupción que se realizó en diciembre pasado, en Washington DC, un grupo de especialistas connotados de prestigiosas instituciones académicas presentaron el concepto de mafiocracia para caracterizar algunos regímenes actuales y “la caracterización que presentaron estos académicos pareciera calcada en el régimen de Ortega mafioso que controla la totalidad de los poderes públicos con el propósito de acumular riquezas y asegurarse impunidad”, argumentó Sáenz.

Funcionarios del régimen de Daniel Ortega durante la conmemoración del 43 aniversario del Ministerio de Gobernación. En primera fila, la fiscal general Ana Julia Guido; la presidenta de la CSJ, Alba Luz Ramos; la presidenta del CSE, Brenda Rocha. Atrás, Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial y asesor de su padre; Sonia Castro, asesora para temas de salud; e Iván Acosta, ministro de hacienda. El 19 Digital.

“Entonces no es como en otros países, distintos grupos mafiosos, que uno controla una parte del poder legislativo, otro otra parte, aquí es un único grupo mafioso que controla la totalidad de los poderes públicos con la finalidad, decía, de acumular riquezas de manera fraudulenta, y valiéndose de ese control asegurarse impunidad y permanencia en el poder”, reiteró.

Nicaragua está bajo una “mafiocracia totalitaria”

Sin embargo, Sáenz sostuvo que en el caso del régimen que encabeza Ortega no es suficiente el concepto que postularon estos académicos en la conferencia internacional, sino que también hay que agregarle la expresión “totalitaria”.

“Porque no les basta con el poder político que son los espacios públicos tradicionales del Estado. En el caso de esta mafia en el poder (Ortega-Murillo) su apetito de control también va a los ámbitos culturales, sociales, íntimos de concienicia de la población, como es el ámbito religioso”, señaló.

Por mencionar algunas de las características de mafiocracia totalitaria, Sáenz apuntó que el régimen “se apropió de todas las alcaldías del Estado, se apropió de las universidades públicas y estatizó universidades privadas, con el propósito de centralizar la producción de conocimientos, de mutilar cualquier posibilidad de generación de conocimientos independientes, ya eso es totalitarismo, ya eso va más allá de mafiocracia”.

Pero además recalcó que el régimen acabó con las organizaciones gremiales, “en este caso las organizaciones del sector empresarial y de los sindicatos”.

En cuanto a la decisión de dominar y controlar el sector empresarial, Orozco indicó que “el régimen sabe que no puede cubanizar al país porque conoce que la ruta que Cuba ha tenido con la estatización de la economía es destructiva”.

Agregó que el régimen Ortega-Murillo “también sabe que para (Miguel) Díaz-Canel (presidente de Cuba), el partido Comunista y el ejército, la modernización del país, dependen del Estado de derecho democrático que garantice la libre competencia, y el acceso a inversión y financiamiento. Como resultado está manteniendo el uso de la extorsión y el control policiaco sobre el gran capital y los pequeños y microempresarios para asegurar su continuidad en el poder”.

La suspensión de los ong

Solo en 2022, Ortega canceló más de 3 mil organizaciones sin fines de lucro “con el afán de aniquilar cualquier tipo de espacio de acción independiente”, dijo Sáenz.

También “aniquiló entre estos los centros de pensamiento con el afán de imponer el control de la información y un pensamiento único, confiscó a los medios de comunicación independientes y a los periodistas y extendió el control a los hogares por la vía de la vigilancia en los barrios (para saber) qué hacen, qué dicen, qué ven, qué escuchan; y lo último es invadir la conciencia más íntima de la población como son las creencias religiosas con la embestida en contra de la Iglesia católica y el encarcelamiento. Entonces, la expresión ‘partido único’ se queda muy chiquita frente a estos hechos públicos constatables”, agregó Sáenz.

¿Por qué Ortega no ha establecido al FSLN como partido único oficialmente?

El artículo 5 de la Constitución Política de Nicaragua establece “el pluralismo político y social” como uno de los principios de la nación. Además indica que “el pluralismo político asegura la libre organización y participación de todos los partidos políticos en los procesos electorales establecidos en la Constitución y las leyes; y su participación en los asuntos económicos, políticos y sociales del país”. Pero como se ha mencionado anteriormente, en los últimos seis años, el régimen orteguista ha impedido la participación de los partidos opositores en los procesos electorales.

El también analista político y exdiputado liberal, Eliseo Núñez, opinó que en Nicaragua básicamente solo falta una reforma legal para establecer al FSLN como partido único, aunque considera que Ortega aun no está listo “porque hacer una reforma implica que las reglas que se den adentro del partido sandinista y en Nicaragua el modelo de partido único que Ortega tiene, no tiene reglas internas”.

A la vez recordó que Ortega se ha caracterizado por hacer primero las cosas de “hecho” y luego trata de “legalizarlas”.

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Sáenz también expresó que la estrategia del régimen “de apoderarse de la totalidad y controlar a la población ha tenido un enfoque gradual”, por lo que “hasta ahora no lo ha necesitado formalmente, pero no es descaratable que en algun momento prohiba la existencia de otros partidos”.

“Ortega ha demostrado que su afán totalitario no tiene límites, igual no se pensaba que podía encarcelar a un obispo y lo encarceló”, apuntó Sáenz y “quienes queremos la democracia y quienes nos apoyan en esa búsqueda de la democracia, pues esta lucha que no solo es en Nicaragua va a continuar”.

2023, un año de lucha

Sáenz concluye en que “Ortega va a seguir en su afán de mantenerse en el poder, y la mafia que lo apoya, de su círculo pequeño, acá no me refiero a las instituciones ni trabajadores del Estado. Quienes queremos la democracia no vamos a desistir, entonces es un año de lucha política”.

“Hay un escenario internacional, regional, local; no depende solo de los aspectos políticos, también del deterioro de la situación económica, social y como todos los procesos políticos, el desencadenamiento, el desenlace es previsible, lo ha demostrado la historia de Nicaragua y de otros países, es decir, ocurrió con el somocismo, en los noventa, los procesos políticos tienen su propia dinámica”.

Para Orozco “lamentablemente el efecto será el mismo: mayor disidencia, migración, y deterioro económico ya que la ausencia del pluralismo y la libre competencia reducen cualquier opción de generar riqueza”.