Gobierno asegura que más nicaragüenses tienen empleo de calidad, en medio de ataque al sector privado

Ortega no escuchó la recomendación del FMI para aumentar la creación de empleo formal en Nicaragua y defendió el mercado informal

Gobierno asegura que más nicaragüenses tienen empleo de calidad, en medio de ataque al sector privado

El régimen de Daniel Ortega asegura que más nicaragüenses tienen empleos de calidad, luego que la tasa de subempleo en enero de este año experimentara una nueva reducción al ubicarse en 37.5 por ciento, una de las más bajas en años, según la encuesta de empleo mensual divulgada por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).

La tasa de subempleo es menor que en diciembre pasado (38.2 por ciento) y que en enero del año pasado (41.8 por ciento). La mayor cantidad de empleos precarios y mal remunerados están concentrados en Managua (44.9 por ciento), mientras que en la zona rural hay menor incidencia (32.8 por ciento).

Pese a la reducción de la masa de empleos precarios, el desempleo en Nicaragua aumentó en enero respecto a diciembre 2022 (2.6 por ciento), aunque la tasa está muy por debajo de enero del año pasado (4.3 por ciento). El desempleo sigue golpeando especialmente a Managua (5.1 por ciento), mientras que en la zona rural la tasa es bastante menor (3.9 por ciento).

La lucha contra el desempleo en Nicaragua se mantendrá estancada en los próximos años. Lejos de reducirse, la revista británica The Economist Intelligence Unit (EIU) señaló en su reciente análisis que la tasa de desempleo se estancaría en un 4.7 por ciento y se mantendría cerca de ese nivel en los próximos años antes de remontarse a 5.5 por ciento en el 2027.

Lo anterior se deberá a que “la economía continuará enfriándose en 2023, debido a una combinación de términos de intercambio más débiles, un clima de inversión deficiente, bajo crecimiento del crédito y salarios reales en declive. Esperamos varias de estas tendencias persistirán en los años subsiguientes, lo que resultará en un crecimiento promedio deslucido del 2 por ciento anual entre 2023-27″.

Un economista, que prefiere no ser citado, señala que los números del Gobierno no coinciden con la realidad, porque las empresas están despidiendo personal, el cierre de organizaciones no gubernamentales también están perdiendo trabajadores y además los costos están subiendo y el consumo interno no tiene margen de mayor crecimiento, más allá de la inyección positiva de las remesas.

“Solo veamos los números que el mismo gobierno publica. Las zonas francas despidieron casi 8,000 personas en los últimos cinco meses del año pasado. Además la gente se está yendo de Nicaragua en busca de empleo en otros países, precisamente porque no logran conseguir uno, las cifras del Gobierno no cuadran con la realidad de Nicaragua”, afirmó.

Los números triunfalistas del Gobierno distan de la incertidumbre empresarial que ha ocasionado sus políticas de ataque contra las organizaciones empresariales y civiles, que en los últimos dos años ha implicado el cierre de más de 3,000 entidades. La última arremetida fue esta semana con el cierre de 19 organizaciones empresariales, que dejaron a decenas en el desempleo.

Ortega no escucha al FMI, “su asesor de confianza”

Las acciones del Gobierno van contra lo señalado en enero por el directorio del Fondo Monetario Internacional, que recomendó al régimen mejorar el clima empresarial. “Para lograr un mayor crecimiento a mediano plazo se necesitan políticas para aumentar la participación de la fuerza laboral y un entorno empresarial más propicio”, aconsejó.

Dijo que desde 2018 el aporte laboral al crecimiento ha sido negativo. En 2021, la tasa de participación en la fuerza laboral cayó al 67.1 por ciento, aunque la tasa de desempleo se redujo al 3.7 por ciento. “Las políticas para aumentar la contribución de la mano de obra al crecimiento de la producción podrían incluir la simplificación de impuestos y otras medidas para apoyar la creación de empleo”.

Incluso señaló que “para respaldar la acumulación de capital se necesita una inversión continua en infraestructura y conectividad. Lo que es más importante, el crecimiento de la inversión también podría verse respaldado por la mejora del clima empresarial. Es necesario fortalecer las instituciones y los marcos gubernamentales en las áreas de cumplimiento de contratos, protección de los derechos de propiedad y resolución de insolvencias, y se necesitan reformas adicionales de gobernanza y anticorrupción para fortalecer la competitividad”.

“Los cambios que afectan el entorno empresarial también deben prepararse en consulta con todas las partes interesadas para mejorar el clima empresarial”, insistió.

De hecho en diciembre, el Banco Central de Nicaragua (BCN) informó que el Instituto Nicaragüense de Seguridad (INSS) perdió casi 10 mil puestos de trabajo, lo que ocasionó que cerrara el año con 783,384 empleos. En noviembre eran 783,384.

Y aunque el Inide señala que en enero hubo un aumento del desempleo abierto, por otro lado en igual mes el Banco Central dice que el INSS consiguió afiliar a más trabajadores. En concreto agregó a su base de contribuyentes 3,284, para un total acumulado de 786,668, que es ligeramente superior que en enero del año pasado (780,241).

El régimen de Ortega, que admitió ante el FMI que Nicaragua necesitaba soluciones políticas y dijo que estaban comprometidos a “atraer más inversiones y mitigar la disminución de la participación laboral para garantizar un mayor crecimiento económico a mediano plazo”, destacó la informalidad en el mercado del trabajo como una oportunidad.

Las autoridades dijeron al equipo técnico del FMI que “ven el empleo informal como un colchón para aquellos que pierden sus trabajos formales y como un contribuyente crucial para el dinamismo de la economía”.