Las alzas de los alimentos siguen sin dar tregua a los nicaragüenses: inflación aumenta fuerte
Estos son los productos del gallopinto que en febrero subieron de precio. Economista explica que las políticas del BCN no están impactando la inflación

Un aumento casi generalizado en los productos y servicios en Nicaragua en febrero, confirmaron que la crisis de precios aún sigue sin dar tregua al bolsillo de los hogares, luego que la inflación en ese mes se disparara y se elevara 1.08 por ciento, mayor que la observada en igual mes del año anterior y en enero pasado, según cifras recién publicadas por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).
La inflación acumulada, que refleja el movimiento de los precios en el mercado nacional, se situó en el primer bimestre en 1.18 por ciento y la interanual, es decir el promedio de los 12 últimos meses, se posicionó en 11.10 por ciento.
Tal es la espiral alcista, que la inflación subyacente, que suele excluir aquellos productos volátiles como los combustibles, por ejemplo, sigue elevada, lo que indicaría que los aumentos no son estacionales sino que tienden a prolongarse. Este indicador cerró en febrero en 9.36 por ciento.
En febrero, según admite el Gobierno, los nicaragüenses sufrieron alzas en productos como el queso (5.06 por ciento), arroz (2.95 por ciento) y los frijoles (7.46 por ciento), lo que ocasionó que el capítulo de alimentos y bebidas no alcohólicas aportara 0.225 puntos porcentuales a la formación del índice en el segundo mes del año.
En el capítulo de educación, que suele estar afectado por el regreso a clase, el Inide dice que la mensualidad en la educación primaria subió 5.46 por ciento, pero también se encareció el valor de las maestrías (17.94 por ciento).
También se reportaron aumentos en precios de bebidas alcohólicas y tabaco, principalmente en el cigarrillo (19.66 por ciento), y la cerveza (1.97 por ciento). Esto sigue respondiendo a los ajustes fiscales que en los primeros meses del año se hacen en estos productos.

En un análisis del pasado 5 de marzo, el economista Néstor Avendaño calificó como “un fuerte problema macroeconómico: la persistente, acelerada y alta tasa de inflación de los precios al consumidor en general y la inflación de los precios al consumidor de alimentos y bebidas no alcohólica en particular”.
“Debo reconocer que en 2021 me equivoqué al considerar que la inflación sería transitoria, una vez que se mantuviera controlada la curva de contagio de Covid-19 y se reabriera la economía mundial, pero aparecieron los cuellos de botella en las cadenas de suministros de bienes intermedios y de capital en el tercer trimestre de 2021 y, además, se dio el conlicto geopolítico-militar entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022, dos shocks inflacionarios por el lado de la oferta”, indicó.
El economista recordó que “la tasa de inflación anualizada del Índice de Precios al Consumidor General (IPCG) inició su aceleración en el segundo semestre de 2021, al saltar de 4.98 por ciento en agosto a 5.86 por ciento en septiembre de ese año, y arribó a 10.61 por ciento en mayo de 2022 y desde este mes hasta enero de 2023 con 10.92 por ciento, ha permanecido con dos dígitos porcentuales durante nueve meses consecutivos, con un máximo de 12.15 por ciento registrado en agosto de 2022”.
El economista insistió en que las políticas del Banco Central para intentar enfriar los elevados precios a nivel locales no han impactado, precisamente porque los factores responden más a asuntos externos.
Pese a ello, el Banco Central de Nicaragua informó ayer que “decidió mantener la Tasa de Referencia Monetaria (TRM) en 7.0 por ciento”, así como en varias de sus ventanillas, donde vende córdobas a los agentes económicos.
Al respecto, el economista dice que esa política no ha impactado porque “no se observa una excesiva cantidad de córdobas persiguiendo a una escasa oferta de bienes y servicios finales”.
Avendaño plantea que aunque persisten varios factores externos, las alzas de precios a nivel interno no obedecen solo a eso, al recordar que a nivel internacional los precios han empezado a ceder.
“Los niveles actuales de la inflación mensual en el mercado local no pueden ser atribuibles exclusivamente a la inflación “importada”, o sea, a los altos precios internacionales de los combustibles y los alimentos que se han observado hasta el tercer trimestre de 2022 -han comenzado a disminuir a finales del año pasado-, aunque existe el riesgo de que vuelvan a acelerarse por el conflicto militar entre Rusia y Ucrania en este año. Más guerra significará más inflación. Hay que evitar que el problema inflacionario del país se agrave al encasillarlo en su “origen importado”, porque es bastante probable que esa inflación importada ya se incrustó en las estructuras de costos de producción de todas las actividades económicas del país y, así, facilitó el desanclaje de las expectativas inflacionarias adaptativas de los agentes económicos del país”, explicó.
El reporte del Inide muestra que a nivel de zona geográfica, la inflación mensual en Managua fue de 1.18 por ciento (1.01 por ciento en febrero 2022) y en el interior del país la inflación mensual fue de 0.89 por ciento (0.75 por ciento en febrero 2022). Es decir las alzas se están sientiendo de manera generalizada.